La regulación de tensión consiste en evitar las variaciones de tensión que se detectan en puntos receptores de un sistema de transmisión o distribución de energía.
El problema de la regulación difiere según se trate de una red de transmisión o una red de distribución.
En una red de distribución interesa mantener la tensión lo mas constante posible. Si la tensión es demasiado alta se originan los siguientes problemas:
La vida útil de artefactos se deteriora, produciéndose en algunos casos daños irreparables.
En redes de transmisión se acepta una fluctuación considerable (+/- 7,5 % del valor nominal), ya que no existen aparatos de utilización directa conectados a ella y en baja tensión, en alimentadores o subalimentadores la caída de tensión no debe exceder más del 3% del valor nominal, siempre que la caída de tensión en el punto más desfavorable de la instalación, no exceda el 5% de dicha tensión. De todas formas se debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
Una tensión muy elevada puede dañar el aislamiento de los equipos o saturar los transformadores.
Actualmente la solución al problema de regulación se hace más complicada, debido a la complejidad y gran desarrollo de las redes de distribución de energía.
Es conveniente por lo tanto regular localmente, en los diversos centros de consumo, el nivel de voltaje.
Se dispone para ello de los siguientes métodos:
Conexión de potencia reactiva.
Modificación de la Reactancia.
Regulación de voltaje adicional (variación de taps).
El medio más sencillo de obtener la regulación por voltaje adicional, es variando la relación de vueltas entre el primario y secundario de un transformador o auto transformador.